lunes, 4 de agosto de 2008

DETACONES A TACOS

Desde todos los ángulos: apasionado. El fútbol femenino universitario está cargado de entusiasmo, entrega y gritos de ¡Goool!

Redacción Planeta
planetaalternativo@elsalvador.com

El gusto de robarse un balón y llevarse a la defensa, los gritos del entrenador, los insultos del oponente, la pasión por el juego, los baños de "sudor" y el grito catártico de ¡goool! ya no son privilegio masculino.

Al menos, no para las estudiantes universitarias que se atreven a dejar un rato los cuadernos, el novio y los tacones para ponerse los tacos, por la simple razón de que el fútbol es su pasión. Desde hace diez años, las estudiantes de Derecho, Ingeniería, Odontología, Comunicaciones y Admistración de cuatro universidades aspiran al privilegio de obtener un título universitario; pero también al privilegio de jugar fútbol.

Ellos sí, nosotras no
Muchos hombres se ríen cuando presencian un partido de fútbol femenino... ven el partido lento y, a veces, "chistoso".Las futbolistas universitarias reconocen que no son la réplica de Maradona, ninguna se considera un "crack". Ellas quieren aprender y por eso están en la cancha. "A los hombres les enseñan a jugar desde niños, a nosotras nos ha tocado aprender en bachillerato o en la universidad" cuenta Carmen Elena Peralta, jugadora de la UTEC. Cuando entró en el equipo, Carmen ni siquiera podía parar un balón y hasta "le tenía miedo a la pelota". Ahora, además de jugar para la UTEC, donde estudia psicología, juega para el equipo "Monte María" de la exinta Liga Independiente de Fútbol Femenino de El Salvador.

Lesiones y tarjetas
Miriam Regina González ingresó este año a la Universidad Matías Delgado para estudiar Licenciatura en Derecho y, además, practicar su deporte favorito. Miriam ama el fútbol desde 1998, cuando estudiaba primer año de bachillerato en el Colegio San Francisco." Ese mismo año dejé de jugar porque me quebré el tobillo derecho cuando corría gradas... en un entreno" se lamenta. Ahora Miriam recupera el tiempo perdido y, aunque tiene planeado casarse en octubre, no tiene intenciones de abandonar el fútbol: "Si no me deja jugar, me divorcio", asegura.

Leña y otras hierbas
Aunque tengan cara de "yo no fui" estas niñas sacan de sus casillas a cualquier árbitro. Las tarjetas amarillas, más que rojas, salen a relucir de vez en cuando. "Entradas fuertes", "mala intención al marcar", codazos y jalones de camisa son méritos sufientes como para ganarse la amarilla. Insultar al árbitro o a otra jugora, puede ser suficiente para ganarse la roja. Algún tío podrá decir que "el fútbol no es para mujeres", pero la familia las apoya. Miriam era la menor entre sus primos y ellos no la dejaban jugar fútbol hasta que creció.Cuando les dijo que estaba en el equipo de la universidad la respuesta fue:

"¡Ya era hora de que alguien de la familia estuviera en un equipo de verdad!".

Tacos, camizola, espinilleras, cuadernos, un libro de Isabel Allende y un capuchino parecen no conjugar; aunque en la semana de Nathalie Lorenzana integran una fórmula vital.

La volante de la UCA tiene vida dentro y fuera del 'ruedo'.

Durante el ciclo se levanta a las 6 de la mañana porque la primera clase es a las 7:30. El lunes, en el "receso" de las diez, suele ir a a la cafetería "La Tertulia" para desayunar cinco pupusas y un chocolate. A las 11:30 es la primera en llegar a la cancha antes de iniciar el entreno.

El martes es un día de reunión familiar. "A las cuatro de la tarde me reúno con mis hermanas casadas para contarnos cómo nos va".

El miércoles podría ser el día cultural. Durante el Festival de Teatro Centroamericano, Nathalie vio casi todas las obras: "solo me perdí una" dice. El jueves llega con el estómago vacío al entreno, porque las cuatro horas de clases que tiene ese día no le dan chance para desayunar ni almorzar.

Cambio de habito
Cuando llega el fin de semana, Nathalie aprovecha para vestirse como le gusta. "Me fascina andar de falta y vestido, pero si te ven en la 'U' así, la gente piensa que uno quiere llamar la atención, por eso solo voy de bluejeans". "Uniformada" para salir, el viernes por la noche, Nathalie y sus amigos visitan algún bar de la San Antonio Abad.

El sábado por la mañana hace las veces de chofer para su hermana y por la tarde va a jugar billar cerca de la UCA. La noche, de vez en cuando, sirve para bailar. Tras el desvelo, los cuadernos. "Como no puedo entre semana, el domingo lo dejo para descansar y estudiar".

Tacos, camizola, espinilleras, cuadernos, un libro de Isabel Allende y un capuchino parecen no conjugar; aunque en la semana de Nathalie Lorenzana integran una fórmula vital.

La volante de la UCA tiene vida dentro y fuera del 'ruedo'. Durante el ciclo se levanta a las 6 de la mañana porque la primera clase es a las 7:30. El lunes, en el "receso" de las diez, suele ir a a la cafetería "La Tertulia" para desayunar cinco pupusas y un chocolate. A las 11:30 es la primera en llegar a la cancha antes de iniciar el entreno.

El martes es un día de reunión familiar. "A las cuatro de la tarde me reúno con mis hermanas casadas para contarnos cómo nos va".

El miércoles podría ser el día cultural. Durante el Festival de Teatro Centroamericano, Nathalie vio casi todas las obras: "solo me perdí una" dice.

El jueves llega con el estómago vacío al entreno, porque las cuatro horas de clases que tiene ese día no le dan chance para desayunar ni almorzar.

Cambio de habito

Cuando llega el fin de semana, Nathalie aprovecha para vestirse como le gusta. "Me fascina andar de falta y vestido, pero si te ven en la 'U' así, la gente piensa que uno quiere llamar la atención, por eso solo voy de bluejeans". "Uniformada" para salir, el viernes por la noche, Nathalie y sus amigos visitan algún bar de la San Antonio Abad.

El sábado por la mañana hace las veces de chofer para su hermana y por la tarde va a jugar billar cerca de la UCA. La noche, de vez en cuando, sirve para bailar. Tras el desvelo, los cuadernos. "Como no puedo entre semana, el domingo lo dejo para descansar y estudiar".





Las futbolistas universitarias quieren entrenar tanto como "ellos".

Redacción Planeta
planetaalternativo@elsalvador.com

"¡Camine! ¡Trote!... ¡Pique velocidad!". Esa frase puede ser música para los oídos de un grupo de futbolistas universitarias que se queja de la poco exigencia que tienen los entrenos, al menos en el caso de la UCA. Las "jesuitas" lamentan tener un entreno "suave" en el que no aprenden nada nuevo. "No digo que nos traten como hombres, pero hacer tiros al arco, no es mi idea de un entreno... queremos aprender jugadas... ¡queremos chicharrón!" asegura Nathalie.

Entrenos mixtos
En las cancha de la Colonia La Sultana, cerca de la UCA, las cosas son diferentes. Ahí los equipos masculino y fenemino de la UTEC, dejan la teoría de género a un lado y, de vez en cuando la hacen realidad.

"Cuando vamos a tener partido en la misma cancha, hacemos entrenos mixtos... esos entrenos son más fuertes que cuando lo hacemos solas", asegura la tecnológica Carmen Peralta.

Los entrenos de la UTEC incluyen jugadas de laboratorio, tiros de penalti y tiros libres. Pero el momento más interesante es cuando se forman dos equipos integrados por hombres y mujeres y se inicia un partido donde el machismo sufre estragos.

Disciplina y amistad
Cuando Alicia Ayala, jugadora de la USAM, habla sobre su entrenador no puede más que afirmar: "Es un chero, que es como nuestro amigo". Según Miriam González, sus compañeras de la Matías tienen la misma suerte: "Manrique (el entrenador) es un buen amigo". No por eso los entrenos dejan de serlo. Tanto las ni-ñas de la USAM como las de la Matías corren, practican jugadas, ensayan técnicas y juegan entre ellas. Conscientes de sus deficiencias pero con muchas ganas de aprender... ninguna le teme al "chicharrón". Y vos ¿qué pensás?

Las integrantes de los equipos universitarios saben que no van a vivir del fútbol, pero todas tienen proyectado seguir jugando cuando terminen sus estudios. La gran pregunta es ¿en qué liga van a jugar?

Antes de que la Comisión Normalizadora designada por la FIFA tomara las riendas de este maltratado deporte, el fútbol femenino tenía dos campeonatos además del Campeonato Universitario.Diez equipos estaban agrupados en los Clubes Asociados de Fútbol Femenino de El Salvador (CAFUTFES), mientras que otros ocho equipos integraban la Liga Independiente de Fútbol Femenino de El Salvador (LIFES). Los campeones de ambas asociaciones se enfrentaban para sacar al "campeón nacional".

CAFUTFES y LIFES se fundieron para dar paso a la futura Liga Femenina de Fútbol de El Salvador (LIFEFES). Aunque ésta aún no está totalmente establecida, ya se tiene una Pre Selección Femenina, con miras a que en los Juegos Centroamericanos del 2001 no se conformen con la de bronce, sino que le tire al oro.

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