Otro naufragio absoluto
Un conjunto azulino sin alma y bastante
frágil encaja ante un equipo amarillo con pegada la vigesimotercera
jornada sin ganar La grada esta vez no aguanta al final para explotar
M. Romero
Jerez
El
descenso es cuestión de tiempo. Un Xerez sin alma, de cristal, impotente
y con un sistema defensivo tremendamente frágil encadenó ayer su
vigesimotercer naufragio consecutivo. En esta oportunidad, fue Las
Palmas el rival que se llevó los tres puntos de Chapín y los amarillos
lo lograron con pegada y poco más porque tampoco realizaron un encuentro
de esos que hacen afición ni mucho menos. Eso sí, tenían que ganar para
seguir aspirando al ascenso y lo hicieron, en parte también porque se
encontraron con un par de regalos de su rival, regalitos que seguro que
no los encuentran con tanta facilidad en otros compromisos de aquí al
final de temporada.
Y por si los números que presenta el Deportivo no fuesen ya lo suficientemente demoledores como para pensar que su vuelta a Segunda B es la crónica de una muerte anunciada, también están las sensaciones que transmiten los jugadores sobre el terreno de juego. Sensaciones que son captadas por la grada desde el pitido inicial. Impotencia es una de palabras que mejor resume es sentimiento. Cualquier atisbo de reacción hace tiempo que ya quedó olvidado en la noche de los tiempos.
La grada ya está cansada y en esta oportunidad no esperó al descanso o al final del partido para abroncar a los jugadores. Los cánticos, muy duros todos, empezaron superada la media hora de juego. Eso lo dice todo y mucho más si se tiene en cuenta que ayer sólo quisieron acudir al estadio apenas 2.300 almas.
Y eso que el Xerez entró enchufadísimo al partido y en apenas dos minutos forzó dos saques de esquina y puso en aprieto en tres ocasiones el portal de un Barbosa que terminó haciendo un gran partido, pero las fuerzas sólo le duraron eso, diez minutos.
Las Palmas no tardó en hacerse con el control del juego y se adelantó en el marcador al cuarto de hora tras una pérdida de balón de Bruno Herrero. Momo asiste a Chrisantus, mucho más rápido que la defensa azulina, y termina batiendo a Chema, a pesar de que el portero alicantino llega a tocar el balón.
Con el 0-1, la grada fue un clamor contra los jugadores, a los que comenzó a llamar de todo menos guapos. Los xerecistas no daban una a derechas y tampoco es que tuviese demasiada claridad para intentar mucho más.
Los amarillos tuvieron el 0-2 (37') en una falta que sacó Momo y que remató al palo David García, pero el árbitro terminó anulando la acción por fuera de juego. Hubiese sido la puntilla.
Justo después de esa acción y cuando pintaban bastos para el Xerez, el exazulino Momo cometió penalti sobre Mendoza, que Prieto Iglesias no dudó en señalar. Rueda convirtió en el minuto 39 la pena máxima que ponía las tablas en el marcador.
El gol era como una bocanada de aire fresco en el desierto a la hora de máximo calor pero sin apenas tiempo para celebrar el tanto, Chrisantus acarició el segundo tras otro balón de Momo. En esta ocasión, Chema le aguantó bien y abortó la jugada. La última acción de la primera parte fue un disparo de Javi Castellano desde fuera del área que se marchó fuera por poco con el meta azulino haciendo la estatua.
El segundo acto arrancó con intensidad, con oportunidades para unos y otros pero con un Las Palmas demostrando que quería llevarse los tres puntos del campo de colista.
En el minuto 46, Pignol estrelló la pelota en el palo, un minuto después, Bruno puso a prueba a Barbosa, en el 56 Bodipo no acertó en el área pequeña tras un buen control y en el 60, el 1-2 en un fallo tras un saque de esquina a favor del Xerez. Chrisantus nuevamente superó a Chema en una contra y tras asistencia del exazulino Tato.
A pesar del 1-2, los azulinos lo siguieron intentando y Rueda tuvo el 2-2 en el 71. Barbosa sacó su remate con los pies y el posterior rechace lo remató alto de cabeza.
Con el partido muy abierto, Las Palmas perdonó el 1-3. Tato se plantó solo ante Chema pero el meta azulino le ganó el uno contra uno (78') y ya en el descuento Bodipo hizo otra vez lucirse a un Barbosa impecable.
Y por si los números que presenta el Deportivo no fuesen ya lo suficientemente demoledores como para pensar que su vuelta a Segunda B es la crónica de una muerte anunciada, también están las sensaciones que transmiten los jugadores sobre el terreno de juego. Sensaciones que son captadas por la grada desde el pitido inicial. Impotencia es una de palabras que mejor resume es sentimiento. Cualquier atisbo de reacción hace tiempo que ya quedó olvidado en la noche de los tiempos.
La grada ya está cansada y en esta oportunidad no esperó al descanso o al final del partido para abroncar a los jugadores. Los cánticos, muy duros todos, empezaron superada la media hora de juego. Eso lo dice todo y mucho más si se tiene en cuenta que ayer sólo quisieron acudir al estadio apenas 2.300 almas.
Y eso que el Xerez entró enchufadísimo al partido y en apenas dos minutos forzó dos saques de esquina y puso en aprieto en tres ocasiones el portal de un Barbosa que terminó haciendo un gran partido, pero las fuerzas sólo le duraron eso, diez minutos.
Las Palmas no tardó en hacerse con el control del juego y se adelantó en el marcador al cuarto de hora tras una pérdida de balón de Bruno Herrero. Momo asiste a Chrisantus, mucho más rápido que la defensa azulina, y termina batiendo a Chema, a pesar de que el portero alicantino llega a tocar el balón.
Con el 0-1, la grada fue un clamor contra los jugadores, a los que comenzó a llamar de todo menos guapos. Los xerecistas no daban una a derechas y tampoco es que tuviese demasiada claridad para intentar mucho más.
Los amarillos tuvieron el 0-2 (37') en una falta que sacó Momo y que remató al palo David García, pero el árbitro terminó anulando la acción por fuera de juego. Hubiese sido la puntilla.
Justo después de esa acción y cuando pintaban bastos para el Xerez, el exazulino Momo cometió penalti sobre Mendoza, que Prieto Iglesias no dudó en señalar. Rueda convirtió en el minuto 39 la pena máxima que ponía las tablas en el marcador.
El gol era como una bocanada de aire fresco en el desierto a la hora de máximo calor pero sin apenas tiempo para celebrar el tanto, Chrisantus acarició el segundo tras otro balón de Momo. En esta ocasión, Chema le aguantó bien y abortó la jugada. La última acción de la primera parte fue un disparo de Javi Castellano desde fuera del área que se marchó fuera por poco con el meta azulino haciendo la estatua.
El segundo acto arrancó con intensidad, con oportunidades para unos y otros pero con un Las Palmas demostrando que quería llevarse los tres puntos del campo de colista.
En el minuto 46, Pignol estrelló la pelota en el palo, un minuto después, Bruno puso a prueba a Barbosa, en el 56 Bodipo no acertó en el área pequeña tras un buen control y en el 60, el 1-2 en un fallo tras un saque de esquina a favor del Xerez. Chrisantus nuevamente superó a Chema en una contra y tras asistencia del exazulino Tato.
A pesar del 1-2, los azulinos lo siguieron intentando y Rueda tuvo el 2-2 en el 71. Barbosa sacó su remate con los pies y el posterior rechace lo remató alto de cabeza.
Con el partido muy abierto, Las Palmas perdonó el 1-3. Tato se plantó solo ante Chema pero el meta azulino le ganó el uno contra uno (78') y ya en el descuento Bodipo hizo otra vez lucirse a un Barbosa impecable.
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