domingo, 14 de abril de 2013

El Hércules resiste el asedio de Las Palmas (0-0) El Hércules resiste el asedio de Las Palmas (0-0)

Los alicantinos vuelven a dormir fuera de la zona de descenso siete meses después al conseguir un meritorio y sufrido empate en el estadio Gran Canaria.


Han tenido que pasar siete meses para que el Hércules pueda volver a dormir en la zona de salvación. Más de medio año conviviendo con ridículos, fracasos, escándalos, flotadores pinchados adrede. El empate a cero en Las Palmas permite al Hércules amanecer hoy fuera de las posiciones de descenso, algo que parecía impensable e imposible aquella gélida y ventosa noche en Valdebebas con Falcón como protagonista.
Con el permiso del Murcia, que juega este mediodía con el Villarreal, el Hércules le ha recortado ocho puntos a la permanencia en solo cinco partidos. Una racha de seis semanas consecutivas sin perder (cuatro empates y dos victorias) hacen que el colectivo blanquiazul esté en su mejor momento de la temporada.
El milagro de Quique Hernández coge forma, se vislumbra en el horizonte, aunque desde la cautela que obliga un año plagado de sobresaltos. La fe del hombre tranquilo empieza a tener sentido. Ayer, consiguió reactivar a un vestuario que venía de dejar muy mal sabor de boca en Jerez. Si en Chapín se perdieron dos puntos, ayer en el estadio Gran Canaria se ganó uno.
El Hércules es inferior en calidad a muchos equipos de la parte alta. Negarlo sería absurdo. Pero ahora puede mirarles a los ojos, no se acobarda y se mantiene erguido hasta el pitido final. Esa actitud combativa y competitiva le da puntos, en cuentagotas, pero puntos al fin y al cabo. Ayer, la Unión Deportiva Las Palmas arreó con uno de los ataques más eléctricos de la categoría durante noventa minutos (Vitolo, Thievy, Tato, Nauzet). El Hércules supo sufrir, se agarró al partido y rescató un valioso punto que le permite mejorar los números de la primera vuelta (17/18) cuando todavía quedan ocho jornadas por delante.
La puesta en escena del Hércules ayer en Las Palmas no tuvo nada que ver con el arranque en Chapín hace hoy siete días. El equipo salió bien plantado y con un Eldin Hadzic empeñado en recuperar el tiempo perdido con el maldito pasaporte. El bosnio fue la pieza que faltó en Jerez. Le dio movilidad, enlace y llegada al Hércules, sobre todo en la primera parte. En sólo un minuto, el equipo hizo mucho más que ante el Xerez en casi todo el partido. Un disparo de Braulio desde fuera del área fue desviado a córner por Barbosa con muchos apuros.
Las Palmas fue poco a poco imponiendo su ley en un estadio con casi 24.000 espectadores y con un ambiente de Primera División. Bajo el mando de Nauzet, con el talento de Vitolo y con los galgos Thievy y Chrisantus, el Hércules vio frenado su buen arranque y empezó a sufrir. Los córners se sucedieron, comenzaron a aparecer las paradas de Falcón, mientras que Cabrera y Pamarot no daban abasto.
Entretanto, el colegiado principal Sureda Cuenca sufrió una torpe y desafortunada caída que le obligó a ceder los trastos al cuarto árbitro (Fernández Brito). 22 años y de Tenerife para más inri. Pese a su accidentado y repentino debut, estuvo perfecto y no se dejó llevar por el empuje de la marea amarilla. La primera parte se estiró más de ocho minutos debido al contratiempo arbitral y más de uno empezó a ver peligrar el adelantado embarque de vuelta a la Península. Por suerte para ellos, llegaron atiempo al aeropuerto.
Pese al dominio de Las Palmas, el Hércules pudo adelantarse en el marcador con la mejor acción de ataque de las dos últimas semanas. Braulio le puso un servicio medido a Portillo, éste se la dejó atrás a Eldin, que rozó su primer gol como profesional. Su lanzamiento encontró la brillante respuesta de Barbosa, otra de las claves de la buena temporada canaria.
El calor y el empuje de Las Palmas hacían que el empate empezara a ser un magnífico botín. El Hércules apenas se acercó al área rival tras el paso por el vestuario y se limitó a rechazar los constantes intentos del cuadro grancanario. El conjunto de Quique Hernández completaría un partido de enorme sacrificio y muy serio, aunque no sin el favor de la Santa Faz. Una eléctrica acción de Thievy, mediada la segunda parte, se fue al poste cuando Falcón estaba completamente batido. Otro guiño del destino y de la faz divina.
Quique Hernández refrescó la zona de ataque con Sardinero y Toti, aunque los dos siguen muy lejos de ser amenazas reales para los rivales. Los minutos finales fueron agobiantes, aunque sin requerir de ninguna intervención milagrosa de Falcón. Lo peor fue la quinta amarilla mostrada a Pamarot, que no podrá jugar ante el Córdoba. Ahora, toca hacer buenos estos dos puntos frente al Córdoba. La magia del Rico Pérez cobra todo el protagonismo. La batalla continúa.
Fuente: la verdad

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