UD Las Palmas – Elche CF. La Bestia Blanca
@javicanarion
analiza desde un punto de vista diferente el partido de la UD Las
Palmas frente al Elche CF, del que asegura que es la “Bestia Blanca” del
equipo insular.
Uno de las expresiones más tópicas y
recurridas del deporte es el de “Bestia negra”. Habitualmente se trata
de un rival que suele ser de similar nivel o incluso inferior, hacia el
que se siente temor, respeto y una cierta animadversión surgida de la
impotencia y la frustración. Echando a volar la imaginación podríamos
imaginarlo como un aberrante monstruo que de una forma inexplicable
doblega el ánimo de un equipo, le sustrae las energías en el ámbito
psicológico, de tal manera que crea una ilusión ficticia de debilidad en
el propio contendiente, y de invencibilidad en el rival.
Habría
que diferenciar entre una “bestia negra” y una rivalidad ancestral. El
Real Madrid no es la bestia negra del Barcelona, ni al contrario. Son
rivales al máximo nivel. Al igual que el Real Madrid no es la bestia
negra del Atlético ni el Barcelona del Español. Su rivalidad trasciende
esta “neo-mitología”. Siguiendo con esta reflexión, ni Rafa Nadal
es la bestia negra de Roger Federer, ni Djoko lo es de Rafa. Sus
partidos son épicos debido a la intrínseca rivalidad que los adorna.
Un rival se convierte en bestia
precisamente por lo inesperado de su existencia. Osasuna en El Sadar lo
es del Real Madrid, por ejemplo. O el Bayern de Múnich.
En balonmano, Francia lo es de España. Similar nivel, y una enorme cruz
siempre en la moneda al aire. Tras la última final, España podría
empezar a serlo a su vez de Dinamarca. El Granca lo suele ser de los
equipos grandes en el CID también. El Milán lo fue del Madrid en Europa,
al igual que el Lyon y el PSG franceses. Últimamente en El Bocho saben
mucho de esto, tras haber saboreado una reciente victoria frente a los
colchoneros. Y es que cuando se vence a la Bestia, el placer se
multiplica hasta niveles orgásmicos.
Aclarado el término de Bestia Negra,
desde esta humilde columna me gustaría proponer el término “Bestia
blanca”. Una vez escrito, lo primero que se me viene a la cabeza es
Fújur, el dragón bonachón y cariñoso de Atreyu en “La Historia Interminable“. Un ser que puede ser temible a primera vista pero a la postre resulta ser dócil e inofensivo. El Elche Club de Fútbol es sin duda un Fújur en la historia de la Unión Deportiva Las Palmas.
Una bestia blanca que ha proporcionado las mayores alegrías en los
últimos tiempos para el equipo amarillo, justo cuando más escaseaban. El
equipo de la ciudad de los palmerales es el gran dragón blanco.
Finalizaba la temporada 1995/96 y la UD
Las Palmas llevaba cuatro llorando lágrimas de categoría de bronce. El
equipo se clasificó de forma brillante para la liguilla de ascenso, con
un juego espectacular obra de Pacuco Rosales. El partido definitivo se
disputó en el estadio Martínez Valero. Una Unión Deportiva imperial
desarboló a los franjiverdes con dos goles de Eloy, uno de Orlando y el
último de Chili, consiguiendo Manolo, el Gato de Arucas, dejar la
portería a cero. El ascenso y la primera alegría amarilla en muchos años era una realidad.
El Elche, un equipo histórico del fútbol
español, gracias a un gol del mítico Claudio Barragán en Melilla,
consiguió ascender de categoría finalmente en el año 1999. Llegó justo a
tiempo de convertirse de nuevo en la bestia blanca grancanaria. Esa
temporada fue mágica. Con Sergio Kresic al frente de una plantilla
estratosférica para la categoría de plata (aún el club sigue lamentando
aquellos excesos económicos), un triunfo en el Estadio Insular (snif)
frente al Elche haría posible el retorno a su hogar, la Primera
División, de la Unión Deportiva Las Palmas. El público de la UD Las
Palmas llevó en volandas al equipo y Koldo Sarasúa y Eloy, a pases del
asturiano Pablo Lago, Eloy a la media vuelta (de nuevo doblete de Eloy) y
finalmente Pablo Lago firmaron un 4-1 que valió por el ascenso que la isla llevaba esperando lustros.
Históricamente la balanza favorece
claramente al equipo amarillo de la UD Las Palmas. En cuarenta y tres
ocasiones se han enfrentado estos dos equipos en Primera, Segunda y
Segunda B. Diecinueve victorias de la Unión Deportiva, por doce del
Elche y dieciséis empates muestran a las claras el dominado r de estos
choques. Ítem más, en los años más recientes se han repetido varios
partidos entre los dos clubes. En los últimos once enfrentamientos,
destacando un 9-3 global en los dos partidos de la 2009/2010, la Unión
Deportiva Las Palmas venció el Elche en siete ocasiones, cediendo tres
empates y sólo una derrota frente a los franjiverdes, precisamente en la
primera vuelta de la Liga Adelante de la temporada actual. Fue la
primera derrota de este curso para los amarillos, en la tercera jornada
del campeonato, y en tierras ilicitanas. Allí comenzó la peor racha amarilla de esta temporada, que finalizó contra el Rácing de Santander (este año, candidato a futura bestia blanca).
Problema: Por muy blanca que sea, no deja
de ser una bestia. El hecho de que en las últimas temporadas los
resultados hayan sido harto favorables al conjunto grancanario no
significa que siempre vaya a cuadrar esa fórmula. De ganar siempre, la
UD Las Palmas sería martillo pilón del Elche, y no es el caso. Esta
temporada, el Elche se está mostrando prácticamente inexpugnable. Es
líder destacado, y tiene el ascenso al alcance de la mano, río Rubicón
que no traspasa desde el año 1989. Desde que comenzó el curso, ha
perdido sólo dos partidos (y sólo por un gol de diferencia), encajando
la irrisoria cifra de doce goles a lo largo del campeonato. Un muro más
denso que el ilicitano Palmeral del Cura se presenta en la ciudad que
lleva por nombre la propia palmera. De conseguir la victoria la Unión
Deportiva, amén de garantizarse una semana más un palco en la zona noble
de la tabla, aumentaría el mito de Bestia blanca del Elche C.F.
La mitología no
deja de ser un conjunto de narraciones maravillosas, atemporales, cuyos
personajes son de origen divino, etéreo. De la Unión Deportiva Las
Palmas depende que este nuevo mito de la bestia blanca sea real, en un
contexto bien definido en el espacio y en el tiempo. La respuesta, el
sábado a las cinco de la tarde (hora insular canaria) en el estadio de
Gran Canaria. El equipillo necesitará toda la ayuda de la afición.
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